sábado, 24 de diciembre de 2016

Lo espontáneo, lo efímero, lo más decente...

El placer de la entrega inconsciente es muy superior al de la eficiencia amatoria, aunque ambos culminen en el orgasmo.

Se puede lograr un buen "polvo" manteniendo la conciencia alerta y los pies en la tierra, como un escritor con oficio puede crear una buena página por encargo... Pero los polvos inolvidables, esos que quedan en la memoria de las membranas del tacto y del gusto... En la memoria consciente e inconsciente... Tienen que ser espontáneos y efímeros... Así como los grandes poemas o las jugadas épicas. Son hallazgos milagrosos del instinto, pasaportes a la gloria que la inspiración o la fe descubren por accidente y por las circunstancias.

El topo eléctrico