Un breve homenaje a la táctica fija que sí funciona fue lo sucedido el domingo anterior a esta publicación.
Mientras físicamente eramos competitivos (70% del encuentro), mantuvimos un ataque constante y contuvimos al rival en media cancha. No pasaron, no jugaron y no hubo disparos a nuestra puerta.
Hacia el último cuarto del partido fue diferente: echamos el carro atrás, descolgamos un punta y lo volvimos medio escudo y, fieles a la moda "Mouriño", sólo nos dedicamos a deshacer el juego del rival. Nos apedrearon el rancho, pero no hubo anotaciones. Destacamos la valiosa contribución al partido de nuestro pequeño portero "Jona", y de nuestro espigado y zurdo lateral izquierdo.
Al final soportamos la carga y pudimos sacar la victoria. Merecida.
Hicimos lo justo y le pusimos dos roscas al partido.
Lado izquierdo, lado fuerte!!
El pequeño topo holandés