domingo, 31 de octubre de 2010

La ausencia que mata

Es tarde. No es un dia propicio y mucho menos la hora es adecuada. Como cuando ocurrias a mis llamados. Es un día de horario confuso.

El pretexto es el de menos. Nunca tuve uno mejor: estoy con la mujer que ha cambiado nuestro itinerario. La misma que ha dividido en dos nuestras prioridades. La que dividió nuestras opiniones y la que finalmente conslidó nuestra amistad, nuestra hermandad. Ella me dio la tranquilidad y la paz por la que peleamos; tú me diste el equilibrio. Me diste tu amistad, el apoyo y la moral. Yo soy un simple producto de esa extraña combinación.

Ha sido un año atípico (2010). Estuve a punto de perder la vida y sin embargo el que se fue fuiste tú.

Como siempre, desafié los convencionalismos, despotriqué, invalidé, acusé, calumnié, minimicé y no creí en nada ni en nadie. Tú siempre buscaste lo mejor y yo buscaba simplemente divertirme, disfrutar, alegría...

En esa división ganaste más amigos y mucha plata; yo me alejé. Me dolió la distancia pero gané en fortaleza. Tu siempre me reprochaste la razón. Al final perdiste tu enfoque.

Hoy no estas más aquí para orientarme y rescatarme. Es una ausencia que mata. No confío en nadie. ¿Quién me va a ayudar? ¿Quien acudirá a la cita? ¿Qué voy a decir? Me estoy muriendo.

Es tarde. No es un dia propicio y mucho menos la hora es adecuada. Como cuando ocurrias a mis llamados.


El Topo Eléctrico

miércoles, 5 de mayo de 2010

Los 28 entre Metates y Tres Molinos...

No cabe duda que amo los retos. Sobre todo, aquellos en los que más allá de competir contra otros --y otras--, lo haces contra ti mismo.

En la junta previa, en el parque Guadiana, la suerte estaba echada: maletas en mano, mochila lista, el número en el pecho, la expectativa, el murmullo de todos los competidores... Todo indicaba que no había vuelta atrás.

Ya en el autobús, escasos 20 minutos rumbo a Metates, mi mente imaginaba --lo que antes leía en un papel- lo que estaba a punto de vivir y sentir en carne propia. Una interminable lucha mental entre el poder y el hacer; entre lo físicamente probable y lo que estas dispuesto a sufrir.

Ya en el punto de partida (Al pie de carretera dos kilómetros adelante de Metates), después de la explicación técnica, las recomendaciones del staff, los puntos de abastecimiento: adelante!!, a las14:20 hrs del primero de mayo de 2010 iniciamos la aventura río abajo rumbo a Tres Molinos.

El descenso fue rápido y brusco, dos caídas para bautizar la roca y la tierra directamente impactándose en el rostro; sudor, mucho sudor, angustia al sentir la respiración agitada y el corazón insuficiente. La sangre se irrigaba por mi cuerpo a gran velocidad, la cual sentía pasar por mi cuello inflamado y tenso. El flujo potente del corazón lo sentía en piernas y brazos, y escuchaba sus latidos en la parte posterior de mi cerebro. Estaba corriendo, esquivando piedras y saltando arbustos. Una vez establecido un ritmo y pasada la angustia del inicio, ya en el flujo de competidores, era preciso estabilizar el cuerpo. Un aguerrido enemigo lo fue el viento. Durísimo respirar y correr contra el viento.


Llegado el primer control, nos desviamos a la Mesa de San Pedro. Una interminable y abominable barranca que sube y sube hasta que se va el aliento, hasta que el corazón te aturde, o hasta que una parte del cuerpo te recuerda la fatiga, por lo general, con un calambre --o muchos--. Agua, mucha agua y control mental es lo que se requiere para mantener un ritmo mínimo para el ascenso, y para conseguir equilibrio entre roca y tierra que se postra frente a tu cara y los arbustos que arañan la piel del cuerpo. Ya en lo plano, arriba, el viento fue el enemigo a vencer. Las ráfagas te detenían y el sudor que te había bañado durante el ascenso ahora te hacía estremecer de escalofrío. Los calambres agudizaron y mi ritmo de caminata llegó al más bajo nivel posible. Caminaba justo lo que las piernas me permitían.

Pasamos el primer y único abastecimiento, y en menos de tres minutos reiniciamos el recorrido hacia el descenso al cauce del Río, rumbo a Tres Molinos. Aquello era esplendoroso. La única forma de describirlo es que sólo aquellas personas que viven en los parajes cercanos son seres que disfrutan de estas vistas y paisajes. Hermoso, virgen, natural, silencioso; me imagino lo que sucede cuando el dios tlaloc los inunda; cuan espectacular se vuelve aquel paisaje.

En el cauce del río, a partir de un descenso brutal. Una bajada "grosera" como dijo ya para entonces mi siniestro acompañante, marcaba un respiro en el trayecto. Fueron, aproximadamente, dos horas de recorrido entre cruce y cruce del río, entre salto de rocas hasta llegar a Tres Molinos, alrededor de las 19:20 horas. En suma, una estupenda y fenomenal caminata de 28 kilómetros y cinco horas, entre Metates y Tres Molinos. Una endemoniada absorción de 5 litros de agua, de dolor en las piernas y de pulsaciones alteradas que forzaron mi mente y cuerpo a llegar a su destino. No llegué primero, pero llegué entero, de pie, orgulloso, junto a mis cómplices de travesía.

No cabe duda que amo los retos. Sobre todo, aquellos en los que más allá de competir contra otros --y otras--, lo haces contra ti mismo. Fue un placer correr y caminar con ustedes.

El topo ultra fondo sierra "eléctrico"

lunes, 26 de abril de 2010

La táctica fija sí funciona.


Un breve homenaje a la táctica fija que sí funciona fue lo sucedido el domingo anterior a esta publicación.

Mientras físicamente eramos competitivos (70% del encuentro), mantuvimos un ataque constante y contuvimos al rival en media cancha. No pasaron, no jugaron y no hubo disparos a nuestra puerta.

Hacia el último cuarto del partido fue diferente: echamos el carro atrás, descolgamos un punta y lo volvimos medio escudo y, fieles a la moda "Mouriño", sólo nos dedicamos a deshacer el juego del rival. Nos apedrearon el rancho, pero no hubo anotaciones. Destacamos la valiosa contribución al partido de nuestro pequeño portero "Jona", y de nuestro espigado y zurdo lateral izquierdo.

Al final soportamos la carga y pudimos sacar la victoria. Merecida.
Hicimos lo justo y le pusimos dos roscas al partido.

Lado izquierdo, lado fuerte!!

El pequeño topo holandés

domingo, 28 de febrero de 2010

El cielo razo color gris...(danzando con la muerte)

Para un tipo como yo, la intensidad de la vida debe ser un reto verificable. Por eso me gustó la economía, y por eso amo los deportes. Entre más físico sea el reto, mucho mejor. Cada letra, cada análisis, cada jugada es apasionante. La derrota es una opción, claro está; pero, nunca es algo que me deja tranquilo. Entre más difícil, más acorralado, más complicado sea mi camino, más elocuente me vuelvo.

"La resistencia a ultranza otorga una dignidad que refuta la derrota" ese fue el legado heminwayano de "El Viejo y el mar", o "Fiesta", por ejemplo.

Era un típico viernes de principios de enero. Frío. Soleado, pero frío. Excelente para tomar carretera, viajar y conversar placidamente con mis dos bellas cómplices. El pretexto no era vano: una boda de antología, y "todo" lo que implica un convite con hermanos y familia que se extraña.

Por cierto, lo que escribo no lo concibo como una hazaña o una proeza, sino todo lo contrario. Tampoco trato de figurar como un mártir, o sentirme un tanto importante. Ese día soleado y frío, en el trayecto, la vida me puso un alto en el camino. Una pausa dolorosa, del tamaño de una voltereta de 360 grados a estribor.

La vida es sabia. En su curso te enseña, te orienta; si es necesario, a golpes, pero te enseña, te educa, hasta llegar a su término. He blasfemado contra mi, contra lo míos y todo aquello que sobreponga en mi una regla o una norma absurda. Poco a poco he ido apartandome de la fe en las figuras religiosas y me he vuelto un malcriado iconoclasta (lo disfruto); en cambio, he sido más práctico y me he convertido en un escéptico. He retado a la muerte, que tiene su propia sabiduría. Como Hemingway, la considero una puta más de este mundo. Frívola, pasajera y calculadora.

Fuera del dolor físico que, siendo honestos, disfruto; he dado vuelta a la página. Me queda claro que tengo varias cosas pendientes. Quizás por eso la puta me dejó vivir. La carga moral ha sido brutal. La verdad que no estaría de pie si hubiese ocurrido una tragedia; pero, al menos por ahora, todo quedó en un mal sueño. Una mala pasada, una vida de las siete que creo ostentar. Una raya más al tigre, una cicatriz, un dato verificable más en mi cuerpo. Una herida más que está sanando.

Para un tipo como yo, la intensidad de la vida debe ser un reto verificable. Todo quedó en un mal sueño. Una mala pasada, una vida de las siete que creo ostentar. Una raya más al tigre, una cicatriz, un dato verificable más en mi cuerpo. Una herida más que está sanando...

El topo eléctrico.

lunes, 22 de febrero de 2010

La recuperación del equipo (y de Márquez) es lo que cuenta.

rAcabo de recetarme la lectura del artículo semanal de Cruyff. Antes de echar a andar mi emoción preciso de unas sinceras palabras para analizar lo sucedido con el Barca. 4 - 0 superó al Racing.


Es emocionante que se mantenga la distancia entre el Real y el Barca. Pero también lo es que esta competencia se cierra cada vez más y justo en la segunda etapa del campeonato, la más competitiva y la que será definitiva.


Digo, previo a una copa del mundo, no te queda más que apreciar el furbol inglés, luego el español y, finalmente, el italiano. De ahí saldrán los campeones del mundo.

Bueno por Marquez, una muy buena señal es recuperar su nivel para la selección, aunque haya caído de mi gracia después de sus últimas actuaciones. Lo he criticado duramente desde que cometió la mano contra Portugal (Alemania 2006) con la que se hizo expulsar estúpidamente, tal como lo ha hecho costumbre últimamente.


El resultado del Barca cuenta pero no es suficiente y no da tranquilidad; pero, ojala se recupere el equipo y Marquez, que es lo que cuenta para cerrar el campeonato.

El topo

martes, 26 de enero de 2010

Una simple declaración.


Me hubiera gustado haber escrito éstas palaras. Las encontré posteadas en un video del Maestro Auté. Las rescato para ustedes:

Una simple declaración.

Mi epidermis,
desgastada por tantas batallas perdidas;

Mis neuronas,
habitadas por tanto conocimiento inútil y subversivo;

Y mi alma iconoclasta,
proclaman solemnemente:

Quererte sin ambigüedades, sin códigos secretos, sin nostalgias, y sin cláusulas ocultas.

Es una declaración ingenua, transparente y simple:


Te Quiero.

El topo iconoclasta.